IGF2

Hormona que regula el crecimiento y el desarrollo celular y fetal. Mejora el metabolismo, regenera los tejidos dañados y permite tratar trastornos del crecimiento, enfermedades metabólicas y neurodegenerativas.

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Descripción

Es conocido también como “factor de crecimiento insulínico tipo 2” y es una hormona peptídica bastante similar a la insulina, y esencial para el crecimiento y desarrollo celular. Si imaginamos que nuestro cuerpo es como una fábrica donde cada célula tiene un trabajo específico, entonces el IGF-2 sería un mensajero dentro de esta fábrica, y transmitiría señales vitales que regulan el crecimiento y la diferenciación celular. Por ejemplo, durante el desarrollo del feto en el vientre materno, contribuye al crecimiento y maduración de sus tejidos y órganos.

Una característica muy importante de este péptido es que actúa tanto localmente (cerca de donde se produce), como de manera sistémica (en todo el cuerpo a través de la sangre). Esto hace que pueda influir tanto en células cercanas como en otras partes del organismo, y por lo tanto, siendo fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la salud.

Participa en procesos fisiológicos como la regulación metabólica, la respuesta inmune y la reparación de tejidos. Es una pieza clave en el funcionamiento del cuerpo humano, contribuyendo a su crecimiento, desarrollo y mantenimiento a lo largo de la vida.

Además de su función en el crecimiento y desarrollo, está implicado en una variedad de procesos fisiológicos, desde la regulación metabólica hasta la reparación de tejidos. Su versatilidad y su papel en mantener el equilibrio y la vitalidad del cuerpo lo convierten en un componente esencial desde la etapa embrionaria hasta la vida adulta.

Fue descubierto en la década de 1970 y es una molécula esencial que pertenece a la familia de los factores de crecimiento similares a la insulina (IGFs), junto con IGF-1 y la insulina. Diversas investigaciones revelaron su vital importancia en el desarrollo fetal, así como en el crecimiento y diferenciación celular en adultos.

En resumen, este péptido influye positivamente en la salud y ayuda a un funcionamiento óptimo del cuerpo. Tiene una gran capacidad para regular el metabolismo y la función celular, esto hace que sea ideal para mejorar la salud, optimizar el rendimiento físico (contribuye al crecimiento de los músculos) y promover un envejecimiento más saludable.

Usos y beneficios

A continuación, encontrarás todos sus usos y beneficios:

  1. Desarrollo prenatal: Durante la gestación, el IGF-2 es indispensable para el crecimiento y la maduración de los tejidos y órganos del feto en desarrollo. Contribuye al desarrollo óptimo del sistema nervioso, el sistema cardiovascular, los músculos y otros sistemas y estructuras corporales.
  2. Regulación del crecimiento y diferenciación celular: En personas adultas tiene un papel importante en el crecimiento y la diferenciación celular en diversos tejidos y órganos. Estimula la proliferación celular, la síntesis de proteínas y la diferenciación celular, lo cual es necesario para mantener la integridad y función de los tejidos del cuerpo.
  3. Metabolismo y homeostasis: Regula el metabolismo energético (incluyendo el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas). Ayuda a mantener la homeostasis energética y contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre, lo que es importante para prevenir la hipoglucemia (nivel demasiado bajo de azúcar en sangre) y mantener un equilibrio metabólico adecuado.
  4. Reparación y regeneración de tejidos: Está implicado en la reparación y regeneración de tejidos en todo el cuerpo. Contribuye a la cicatrización de heridas, la recuperación de lesiones musculares y la reparación de tejidos dañados por enfermedades o traumas, lo que es fundamental para mantener la integridad estructural y funcional del organismo.
  5. Poder terapéutico: Gracias a sus efectos beneficiosos en el crecimiento, el metabolismo y la reparación de tejidos, tiene un gran potencial terapéutico para tratar diversas condiciones médicas (trastornos del crecimiento, enfermedades metabólicas, lesiones traumáticas, enfermedades neurodegenerativas, etc.).